The Prussians son un milagro. Una rocambolesca coincidencia de orígenes e influencias que ha desembocado en un grupo espléndido. Brillantes, atractivos y jóvenes, la media de edad no llega a los 22 años. No existe en el panorama del rock estatal una combinación como esta: guitarras oscuras y distorsión al servicio del baile, de atmósferas densas trepanadas por una maquinaria rítmica que comanda el exuberante torrente de su líder.