Sevilla, Valencia y Barcelona actúan como el tridente que da vida a sus canciones, pero también lo hacen las experiencias, los corazones rotos o los sentimientos encontrados. Es en momentos cotidianos y situaciones mundanas donde los chicos de Tatuaje (o TTJ si lo preferimos) más cómodos se mueven, propiciando la creación de una música estrechamente relacionada con el rock, la nueva ola, el punk y la estética Y2K entre muchas otras cosas.