Tras la primera escucha de este trabajo, una sensación de optimismo destaca entre las demás, y no sólo por la composición de armonías y estructuras, por los arreglos cuidados y medidos, por su forma de evitar el exhibicionismo: es optimista porque entienden el trabajo de escribir canciones como una forma de unirse a la tradición. Hacen que la tradición de letristas y escritores de canciones se retroalimente y ,de ahí, el optimismo.
La totalidad del disco es un compendio de piezas bien trazadas y mejor aconsejadas por la sabiduría de Paco Loco, lo que se nota en los colchones donde duermen las estrofas y, en definitiva, en el optimismo de soslayo. A veces, con arreglos de cuerda; a veces, en los coros mezclados entre chicos y chicas; a veces, en las inversiones originales de los acordes. En definitiva, en la maestría del “a veces”.