En 2002, cuatro de los peores músicos del conservatorio de Madrid que formaban un grupo de cámara fueron acusados de una disonancia que no habían cometido. No tardaron en ser expulsados de la escuela donde habían estudiado. Hoy, rechazados todavía por las academias, sobreviven como músicos itinerantes. Si usted tiene un local o una fiesta de cumpleaños y se los encuentra, quizá pueda contratarlos. ¡¡ OJOS DE GAMBA !!