Siempre con esa dulce dicción uruguaya y con su sempiterno encanto personal por bandera, Jorge Drexler sigue siendo el mismo músico inquieto y modesto que un buen día de 1995 aterrizó por primera vez en España para labrarse un porvenir. Pocos podían predecir por aquel entonces que un buen día de 2004 se convertiría en el primer uruguayo en ganar un Oscar de Hollywood (en su caso fue por el tema “Al otro lado del río”, incluido en la película "Diarios de Motocicleta", de Walter Salles). Antes había facturado trabajos tan detallistas y primorosos como "Llueve" (1997), "Frontera" (1999), "Sea" (2001) o "Eco" (2004), en los que aunaba – con pulso artesanal – el pop, el candombe, la milonga o la bossa nova. Luego, con presupuestos más agradecidos, editaría "12 segundos de oscuridad" (2006), "Cara B" (2008), "Amar la trama" (2010) o esa inédita incursión en los ritmos de baile que fue "Bailar en la cueva" (2014).
Volviendo en cierto modo a sus orígenes en una nueva depuración de estilo, Drexler ha decidido volver a componer desde la primacía de la guitarra en "Salvavidas de Hielo" (Warner, 2017), el nuevo álbum con el que regresa tras tres años de mutismo, grabado entre Ciudad de México y Madrid, y que él define como “un disco lleno de ritmo, experimentación, melodías, y sobre todo, grandes canciones"