Grant es uno de los compositores e intérpretes americanos con más clase que se pueden escuchar actualmente, también de los más versátiles: es perfectamente capaz de pasar de un medio tiempo pop de instrumentación clásica y estética refinada a un tema de electro glam con falsete, y que ambas convivan como si fuera lo más normal del mundo. Cada vez más liberado de corsés y esquemas preestablecidos, sus nuevas canciones resultan más modernas y viscerales que nunca sin que ello repercuta ni por un momento a la distinción de la que siempre ha hecho gala. Grant es como Benjamin Button: cuantos más años pasan más joven se nos presenta.
A tal estado de lucidez y sabiduría, lógicamente, no se llega de un día para otro. Grant lideró durante 10 años The Czars, banda de indie rock en la que ya dejó bien patente su habilidad compositiva. Tras la disolución del grupo se tomó unos años de descanso y reflexión, antes de que en 2010 por fin publicara su debut en solitario, “Queen of Denmark”, un disco poderoso en el que expuso todos sus demonios (su condición sexual, por ejemplo) y adicciones (alcohol, drogas). Tras ese álbum vendría un segundo (“Pale Green Ghosts”), una nueva vida en Islandia, premios y reconocimiento de todo tipo por parte de la prensa y la industria, colaboraciones con la BBC Philarmonic Orchestra y Hercules and Love Affair (lo cual ya indica por si solo su talante aventurero y abierto) y versiones muy personales de Elton John y Lee Hazlewood (ésta última junto a Alison Goldfrapp) para sendos discos de homenaje.