Criado en el barrio de La Cuesta, en La Laguna, municipio de la isla de Tenerife, Canarias. Allí aprendí las primeras lecciones acerca de la vida, que básicamente tratan sobre correr más que los demás y pegar primero, eso sí, siempre con mucha dignidad y respeto. Educado en un entorno familiar tranquilo, de clase media, en una casa siempre llena de gente, con todas las contaminaciones culturales que eso implica. Como ya dije, antes era de clase media, ahora no lo sé exactamente. Soy cantautor profesional y en mi ridículum vitae cuento con varios logros. En primer lugar fui número uno indiscutible de mi generación en la lista de los cuarenta principiantes de la música underground, al estar viviendo un año de tocar en el metro de Madrid, conciertos todos con una gran afluencia de público, sobre todo en los pases de las tres de la tarde y las ocho de la noche. Al de las ocho de la mañana nunca fui, pero me han dicho que una masa innumerable de personas deambulaban por los pasillos con miraba perdida y triste tratando de encontrarme. Les pido disculpas, tengo la sana costumbre de no madrugar. A parte de eso también gané algunos concursos importantes de canción a nivel nacional e internacional y he hecho conciertos en locales de toda España, algunos con más nombre que otros, por ejemplo la sala Galileo Galilei ( que tiene muchas letras ) de Madrid o la sala Miners ( que tiene menos letras y mejor que no vayan ) de Puertollano. También he hecho alguna gira internacional como la de México. En 45 días hice entre 28 y 32 conciertos, fueron tantos que no me acuerdo de la cifra exacta. Vendí muchos discos y gané dinero. A parte de la experiencia frenética y positiva que supuso la gira me traje una guitarra Takamine EAN 40C, a mitad de precio que en España, una botella de tequila “El Capricho” 100% puro de Agave y un Chagas chiapaneco (afortunadamente mexicano y sin muchas ganas de moverse). También una sobredosis de Almax e Ibuprofeno, y no tomo drogas. Volví a México no hace mucho y en esta ocasión hice menos conciertos pero estuve en teatros como el principal de la Ciudad de Puebla y el teatro Hidalgo de Colima (teatrazo¡). He sido invitado internacional en el Festival de la Canción de Autor de Ciudad de Panamá, y esto fue la hostia, teatro Nacional, Casa Góngora y Plaza de la independencia, increíble la movida panameña, ya hay ganas de volver. Recientemente saqué a la luz mi primer disco, “Hijo del sol”, producido por Gonzalo Lasheras y en el que cuento con colaboraciones impresionantes. No les cuento mucho de él porque creo que es mejor escucharlo, se los recomiendo, y si no lo escuchan por lo menos vean las fotos. Sólo un dato acerca del disco, de la primera edición de 1000 copias sacadas en abril, he vendido algo más de 800 en los primeros 6 meses. Estas ventas han sido realizadas sólo en conciertos, sin ninguna promoción ni apoyo multinacional ni independiente, ni de radios ni televisiones. He intentado analizar el fenómeno y he llegado a algunas conclusiones. En primer lugar he pensado que quizá inspiro en el público un extremo sentimiento de pena debido a mi delgadez y eso les empuja a comprar. En segundo lugar he pensado que funciona mi directo, les gusta mucho y lo compran. Teniendo en cuenta la cotización a la baja de la solidaridad y la pena en los tiempos que corren y sobre todo la cotización del euríbor, que obliga a tener continuamente apretado el cinturón, me decanto para bien de mi autoestima por la segunda opción. Los datos son los datos, y son objetivos. Una discográfica hizo una segunda edición y lo puso en tiendas, las ventas en esta ocasión no se acercaron a las de la primera edición y la verdad, prefiero no analizar este fenómeno, ellos sabrán.