Silencio desde islas lejanas, sonidos que llenaban los bosques de antaño, cantos que se oían desde algún rincón de la frondosa arboleda, no son más que melodías perdidas y olvidadas por la humanidad.
Fuimos libres, sobrevolamos las verdes planicies compartiendo una vida en común, dos almas, dos aves que luchaban por sobrevivir. No se si algo o alguien, nos hizo desaparecer, seres endémicos obligados a abandonar la tierra que les había visto crecer, dejando incompleta la esencia del lugar, no volverán.
El tiempo corre y algo se mueve de nuevo. Silencio desde tiempos olvidados, interrumpido, porque todo resurge, todo lo muerto vuelve a nacer para ocupar su sitio en el mundo, para recuperar el equilibrio. Quizás no en el mismo lugar, puede que las islas no alcancen a escuchar este grito renovado, pero existe y cada vez se hace más intenso, rememorando esos sonidos que daban armonía a todo su entorno.