Un par de músicos clown sin nariz de payaso. Un par de cantautores roqueros en plan cómicos suicidas que se atreven a saltar sin red sobre cualquier escenario, llámalo equis. Versos canallas, letras con un ritmo desorbitado, arrancadas del fondo de la garganta, maltratando las cuerdas vocales. Un dúo con un par de guitarras bien puestas, muy bien acompasadas, “al toque”, como dicen los flamencos.