La irrupción de Alice Wonder en el panorama musical nacional ha sido un auténtico soplo de aire fresco. Poder disfrutar de la fuerza que desprenden tanto su voz como sus composiciones es un auténtico privilegio. Su madurez, a pesar de su insultante juventud, es digna de admiración y sus conciertos transmiten una energía que no debería perderse nadie. Alice Wonder es el futuro, pero también es el presente.