Entre el año 2001 y 2010, Ángel Marcos ha venido realizando una serie de trabajos que, agrupados bajo el título Alrededor del sueño [Escenarios para el vacío], comprenden imágenes realizadas en Estados Unidos (New York), Cuba (La Habana) y China (Shanghai).
Tras representar a España en la última edición de la bienal de Venecia, Ángel Marcos inaugura la temporada 2014-2015 en la Sala Canal de Isabel II con la exposición Ángel Marcos. Alrededor del sueño 4. [Madrid], una selección de imágenes de estos tres primeros trabajos y obras de nueva producción realizadas específicamente en Madrid, que ofrecen una visión general del proyecto y de la idea principal sobre la que se asienta, que no es otra que la desaparición de “la ciudad” como elemento determinante de la idea de progreso global.
De las imágenes neoyorquinas, que iniciaron este proyecto en 2001, cabría destacar los eslóganes y las vallas publicitarias que se utilizan como símbolos de la idea de deseo en una sociedad en la que parece que todo es posible. Imágenes que nos sorprenden porque realmente nos muestran una realidad muy distinta, los alrededores de una ciudad donde permanecen inertes los restos de un proceso de modernización que ha dejado a su paso cúmulos de basura, abandono y muchos deseos incumplidos transmitidos por dichos anuncios.
Esta constante de los eslóganes se reflejará también en el trabajo que de 2004 a 2006 llevará a cabo en Cuba, con la salvedad de que en esta ocasión lo que aparece no es el sueño americano, sino lemas de la revolución, imágenes del Ché Guevara y otros símbolos revolucionarios. Frases y sentencias que Ángel Marcos encuentra grafiteados en las paredes de edificios coloniales amenazados por la ruina, que reflejan un paisaje urbanístico desolador, vencido por el tiempo y la tozudez de un pueblo atascado en las grandes historias revolucionarias.
En su tercer proyecto, realizado en China en 2007, se detiene, de nuevo, en las periferias de las ciudades, en aquellos espacios donde todavía se pueden hallar rastros de barrios antiguos y las formas tradicionales de vida que las grandes urbes han arrasado, para dar paso a la modernidad absoluta reflejada en un nuevo sky line de grandes torres y edificios. Un acelerado progreso que deja asomar todo tipo de dramas humanos y un amplio espectro de contrastes de esta realidad oriental que Ángel Marcos capta y refleja tanto en imágenes como en vídeo.
Todos estos trabajos tienen un denominador común, que es la imposibilidad de pensar la ciudad, porque esta solo es un punto de un proceso de urbanización generalizado, y a estos escenarios, por todos conocidos, se suma ahora el sueño europeo que el artista aborda desde un escenario propuesto de lo que denomina la Europa del sur: Madrid.
En sus fotografías Ángel Marcos nos abre los ojos a la cotidianidad, fijándose en lo aparentemente banal para sacar sus propias conclusiones acerca de las realidades de todas estas ciudades y estos escenarios en los que la gente, por decirlo de alguna manera, se ha difuminado, y con ello, la simple posibilidad de pensar otras realidades. Por tanto, este mundo vacío no es para nadie, solo está dispuesto para las transacciones y el intercambio, ya sea este mercantil o simbólico. Un mundo que crea su propia dinámica de desarrollo, en constante cambio y donde la experiencia humana es subsidiaria.
La ciudad de Madrid, como cuarto capítulo de Alrededor del sueño, ocupará las salas primera, segunda y tercera de la Sala de exposiciones Canal Isabel II. Todas las ciudades, y Madrid no es una excepción, se enuncian a sí mismas a través de multitud de signos diferentes que forman parte, y se configuran, a través de las expresiones de las diversas culturas que han convivido desde su fundación[1], en este caso la congestión, redistribución, historia y turbulencias forman parte del ideario seleccionado para la pieza suspendida que se instalará en el centro del edificio desde la indagadora visión de Ángel Marcos.
De tal forma la muestra quedará formada por diez obras de gran formato (la mayoría inéditas), una instalación de más de veinte elementos de acero retroiluminados, un gran pieza central con cerca de doscientas fotografías sobre Madrid y un video que será instalado en la cúpula de la sala.
Para realizar estas imágenes Ángel Marcos ha situado el disparador de su mirada en un espacio comprendido entre el deseo y lo “real”, como construcción resultante del hecho histórico de haber reemplazado la seducción por la producción.