En su tercera exposición monográfica, Joaquim Chancho inaugura la temporada expositiva de 2014 en Michael Dunev Art Projects con una selección de obras sobre papel de gran formato, creadas durante los últimos quince años.
Desde sus inicios, a principios de los años setenta, la obra de Joaquim Chancho se ha caracterizado por un rigor reduccionista que resulta en una geometría deconstruida y un intenso diálogo entre le gesto, la escritura y la matriz. La esencia expresiva de la obra surge del ritmo y repetición, que, según la complejidad del diseño, se complementa con fragmentos e interrupciones, que a su vez, emiten serenidad y profundidad, permitiendo al espectador participar, como unvoyeur, en el proceso creativo. Como observó Assumpta Rosés, representa un “choque entre el gesto del pintor y la tela, una resistencia de los materiales a la acción, una tensión entre el espacio que los configura y el signo que surge del gesto. Soporte, materiales, acción y ritmo conducen a una geometría primordial, a la construcción de superficies, a la creación de rellenos, signos y órdenes espaciales parecidas a las que se pueden encontrar en las configuraciones de la vida y del trabajo: pienso en los dibujos formados por los campos y caminos, en las estructuras de paredes de piedra o baldosa, los entrelazados de la escritura, la modulación de los tejidos, las acumulaciones de materiales industriales o los campos laberínticos de los recorridos”.
Perteneciendo a una generación de artistas cuya obra se basa en el concepto de que los únicos elementos significativos de la pintura son la propia técnica y su aplicación al soporte, Chancho ha tenido, a lo largo de más de treinta años, una larga y distinguida carrera artística. Durante años fue catedrático de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, donde recibió su doctorado en 1992, y ha expuesto en museos y galerías internacionalmente con exposiciones en La Fundación Joan Miró, el Centre d’Art Santa Mónica , el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza, el Museo de Arte de Tarragona, el Museo Rufino Tamayo, México, y este año, una importante retrospectiva en la Sala Tecla de Hospitalet de Llobregat. Ha recibido numerosos y prestigiosos premios de pintura y dibujo, incluyendo una beca de la Fundación Juan March de Madrid, y el primer premio de pintura de la Bienal de Tarragona en 1987. Su obra figura en las colecciones de la Fundación La Caixa, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y el fondo de La Generalitat de Catalunya entre otros.