Un joven miliciano que deserta del bando franquista para pasar al republicano nos cuenta sus experiencias en la guerra. Un chico de pueblo que, sin saber bien cómo, se ve absorbido por esta batalla que le trastoca la vida. Un Esperando a Godot en solitario y ambientado en plena guerra civil.
Con toques de humor y con tintes dramáticos, Francisco Redondo se sentará en su trinchera a leer las cartas de su Charito. Mientras tanto, divaga y sueña con un futuro mejor. Crueldad, pasiones, soledad, humillación, dolor y dureza, alegría y nostalgia,... Sentimientos que recoge este miliciano que lo único que pretendía era demostrar que podía ser ese hombre que la sociedad le exigía.