Bravo Fisher! presenta “El valle Invisible” un segundo álbum que él siente como si fuera el primero, que contiene 10 hits que buscan aproximarse al pop perfecto a través de bonitas melodías, estructuras clásicas, ritmos bailables y trabajadas letras en castellano.
En los agradecimientos del disco rezan estas palabras “ A todo el que se atreve a salir ahí fuera, sin esperar volver. Al que sabe volver.Y, sobre todo, a los olvidados”.
Hombre orquesta posmoderno, Bravo Fisher! toca sintetizadores, guitarras, bajos y ukelele consiguiendo canciones emocionales y emocionantes sustentadas por una voz personal e inconfundible. Su música se mueve con fuerza y vitalidad entre el electro, el indie y el pop más fresco.
Grabado en los estudios Rec Division de Madrid con Carlos Calderón (experimentado productor de bandas como Cycle, Ellos, After After Hours, The Zombie Kids, etc), las certeras canciones de “El Valle invisible” responden a un concepto: cuentan el viaje iniciático de una persona que se va de casa en la primera canción y en la última vuelve para redimirse. El protagonista de esta historia contada en 10 capítulos es una especie de antihéroe, con un pasado dramático, que lucha por encontrarse a sí mismo a través de este viaje, duda, tiene miedo, pero sigue avanzando. Algo así como una mezcla entre Quijote y Odiseo pero situado en 1939.
Bravo Fisher! comenzó su carrera ganándolo todo en 2011 con su primera maqueta: Nº 1 nacional para la revista Mondo Sonoro, nº1 en el concurso 43 Music por el que Nacho Vigalondo le dirigió un videoclip, nº1 en el concurso del Arenal Sound, el festival musical más masivo de España, y gracias al cual tocó ante 50.000 personas en el fin de fiesta del festival.
Tras la publicación de su primer álbum “ We were overnighters”, ficha por Subterfuge Records en 2012.
Aunque este no es realmente el principio…El vallisoletano Guillermo Galguera siempre quiso hacer música.Cuando los compañeros del grupo que tenía en el instituto decidieron que este les quitaba tiempo para dedicarle a sus novias, tras la consiguiente decepción, Guille decidió intentarlo en solitario.
Una tarde, mientras veía Academia Rushmore, la película de Wes Anderson, se hizo la luz : el protagonista, que se apellida Fisher, recibe un regalo en el que pone: “Bravo Alan!”...Él sintió eso ánimos que necesitaba y así nació: “Bravo Fisher!”: el do it yourself que termina en aplauso general.