Cabaret Flamenco
Inma “La Bruja” crea este monólogo a su imagen y semejanza: lucidez, sinceridad y humor conducen por un recorrido sorprendente dibujado por su voz. El público se sumerge en un viaje que le traslada a situaciones por todos reconocibles, pero que ahora se presentan envueltas en surrealismo e ironía. Nos vamos adentrando en su mundo personal, donde armoniza elementos populares y reflexiones cultas con las más transgresoras vanguardias. Su voz plena de matices, va salpicando el monólogo de cantes, ilustrando sus reflexiones de una forma visceral. Pronto descubre el espectador un fondo de brillante humor donde subyacen reflexiones de universal alcance. Dando el cante es un viaje lleno de descubrimientos: en una barbacoa conocemos las diferencias entre el amor “cari cari” y el amor intelectual, en Madrid indagaremos en la memoria genética, con la recreación de cómo los espermatozoides superan su primer casting. En Valencia nos adentramos en nuestro cuerpo para descubrir qué le dice el corazón al intestino o qué hace un buzo en nuestras venas… Los compañeros de viaje de la Bruja, además del humor, son sus cantes y Missisipi, inseparable guitarrista convertido en personaje. Con ellos descubrimos un mundo mágico no exento de verdad, configurado con una línea de discurso que sorprende, divierte y emociona.