¿We are Standard? Ah, sí, esos que tenían dos baterías, ¿no? Difíciles de clasificar dentro de la escena alternativa, donde no son tantos los que, como ellos, siguen apostando por el inglés, cada nuevo lanzamiento suyo parece que va a ser el que por fin rompa la delgada línea entre una base de seguidores fiel pero limitada y el gran público.
Mientras esperan a que llegue ese día no se cruzan de brazos y aprovechan para cultivar un directo cada vez más potente que les está granjeando un presitigio como valor seguro casi tan apreciado como el que les otorgan sus discos. Además, esas palizas por los escenarios les han dado la oportunidad de hacerse un nombre fuera de España -el idioma aquí ya no parece que sea tan mala idea- que ya quisieran otros para sí.
El mimo que ponen a sus conciertos se traduce en el cuidado de su sonido. Aparte de la anécdota de las dos baterías, aprovechan bases de electrónica para ganar en matices y han grabado con productores como Andy Gill de Gang of Four o Arthur Baker (New Order).
Texto sacado del articulo de la seccion Cultura de El Pais por Pablo Ibañez