En Plural-Singular, Paul Muguet evoca preocupaciones humanas a través de la manipulación de objetos cotidianos.
Una multitud de cucharas representan miles de espermatozoides haciendo referencia al apetito de la naturaleza por perpetuarse. Un par de sillas se fusionan en un acercamiento íntimo como determinadas por un afán de diversificarse. Una vieja silla de bar es desmantelada por el artista y reconfigurada según la imagen de un esqueleto, recordándonos el tiempo del que disponemos antes de reincorporarnos a una substancia que es plural y diversa.
Con estas piezas, pone en perspectiva el lapso de tiempo comprendido entre el momento en que el cuerpo se compone y se descompone, y que Baruch Spinoza describió como una “relación característica”. Esa relación única entre diversas partes de un todo es la que nos define temporal e individualmente.