Desde que Verlaine liberara al verso del poema, la poesía entró en un proceso de purificación que llegaría hasta la descomposición dadaísta, dando lugar a la exaltación de la palabra más allá de su significado etimológico.
La plástica también encontró las maneras de la descomposición desde el cubismo a nuestros días.
Federico Eguía, el autor que hoy proponemos, desde la reflexión y experimentación constante que desarrolla sobre la caligrafía y su expresión pictórica, entendida como elemento electo para la composición temática, parece que haya ido recomponiendo en collage, más o menos intencionados, los restos que quedaron de las grandilocuentes obras del pasado para recomponerlas parcialmente a modo de ensayo de la memoria consciente, bien a través del propio material del libro o de alguna de sus partes.
Cabe recordar su anterior serie “La casa habitada por palabras”, para encontrar que el nexo entre la palabra, su presunto significado y su apariencia gestual implica una riqueza tanto de significados como de apreciación visual y perceptiva, que aunque a veces indescifrable, se muestra cercana a nuestro estado de civilización, y que este autor explota con resultados óptimos e intrigantes.
Federico Eguía, ha expuesto desde los años 80 continuadamente, con nosotros estuvo en la muestra “Maneras de Hacer Mundo” en la ciudad de Huelva, en la Feria Sthlm de Estocolmo, en el Cuarto Simpático, en la Feria de Estampa en Madrid, en la Bienal de Marugame (Japón), en la Feria OASIS de Osaka, o en las ediciones sucesivas de Art-Room, revista de carácter internacional. Su obra está en numerosas colecciones y Museos, así como en la Fundación el Valle de los Sueños, de la que él es fundador. (Ver cv. completo en web).
La plástica también encontró las maneras de la descomposición desde el cubismo a nuestros días.
Federico Eguía, el autor que hoy proponemos, desde la reflexión y experimentación constante que desarrolla sobre la caligrafía y su expresión pictórica, entendida como elemento electo para la composición temática, parece que haya ido recomponiendo en collage, más o menos intencionados, los restos que quedaron de las grandilocuentes obras del pasado para recomponerlas parcialmente a modo de ensayo de la memoria consciente, bien a través del propio material del libro o de alguna de sus partes.
Cabe recordar su anterior serie “La casa habitada por palabras”, para encontrar que el nexo entre la palabra, su presunto significado y su apariencia gestual implica una riqueza tanto de significados como de apreciación visual y perceptiva, que aunque a veces indescifrable, se muestra cercana a nuestro estado de civilización, y que este autor explota con resultados óptimos e intrigantes.
Federico Eguía, ha expuesto desde los años 80 continuadamente, con nosotros estuvo en la muestra “Maneras de Hacer Mundo” en la ciudad de Huelva, en la Feria Sthlm de Estocolmo, en el Cuarto Simpático, en la Feria de Estampa en Madrid, en la Bienal de Marugame (Japón), en la Feria OASIS de Osaka, o en las ediciones sucesivas de Art-Room, revista de carácter internacional. Su obra está en numerosas colecciones y Museos, así como en la Fundación el Valle de los Sueños, de la que él es fundador. (Ver cv. completo en web).
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