El clásico cuento de La Cenicienta tenía todos los ingredientes que se necesitaban para crear un gran espectáculo: una historia de amor, una protagonista optimista y luchadora, unas malas malísimas, algún elemento mágico que convirtiera lo cotidiano en maravilloso y, por supuesto, un final feliz de los de aplaudir hasta la extenuación. Todos los ingredientes ya estaban, faltaba solamente poner música, canciones y bailes a ese cuento clásico, y el resultado es extraordinario: CENICIENTA, EL MUSICAL