A Ramón Jiménez Salazar, Diego el Cigala, se le ha llegado a calificar como continuador del inolvidable Camarón. Este sencillo gitano madrileño de imponente imagen y mejor duende pronto compartió cartel con nombres como Morente, Mercé o Parrita. Bulerías, fandangos, cantiñas y más, buen flamenco pleno de frescura. En su apuesta por la pureza del cante jondo, tiene claro que no necesita salirse de sus raíces para sonar conforme a los tiempos actuales.