La Gustav Mahler Jungendorchester en Madrid

Eso es Abbado, como mínimo, un auténtico monstruo sagrado de la música clásica de hoy, un hombre que sólo dirige lo que quiere y cuando le apetece, y que sólo trabaja con los solistas y las orquestas que quiere. Una de sus favoritas es la Joven Orquesta Gustav Mahler, creada a su medida. Monstruo sagrado sí, pero ¿quién es este señor? Director musical de La Scala, fundador de la Orquesta Sinfónica de ese teatro, titular de la Sinfónica de Londres, de la Filarmónica de Viena y de la Filarmónica de Berlín, director artístico de la Ópera de Viena... Abbado lo ha sido todo, y además ha grabado decenas de discos con versiones de ésas que los críticos llaman 'de referencia'. Pero como suele suceder con esta clase de artistas tan hiperactivos, podemos encontrar varias rostros tras la misma cara artística. Hubo un Abbado joven al que la creatividad, la pasión, la fantasía, la genialidad y, es necesario decirlo, su tremenda incorrección política le convirtieron en un número uno sin discusión. Pero después se instaló en un terreno más acomodaticio y bajó mucho su rendimiento interpretativo. Claro que para entonces su fama era tan grande que pocos osaron siquiera admitirlo. Hoy, tras haber pasado una terrible enfermedad, está otra vez en forma, aunque claro, ve la música con otra perspectiva: todo es más relajado. La expresionista Pelléas y Melisande de Schoenberg y la Cuartade Mahler nos ayudarán a comprobarlo.