Como carta de presentación una voz que recuerda a los cantautores de toda la vida y un aire tímido que se esfuma cuando se sube al escenario. Tiene algunas canciones muy buenas y sabe saltarse los estereotipos y pasarse a un tango si le da la gana. Sus letras se aceleran y se enredan en historias casi siempre tristes y sus frases llegan a convertirse en trabalenguas en algunos momentos, como ocurre con el título de su disco 'Dramas y Caballeros'. Un álbum que soñó y que ha visto la luz auspiciado por buenos amigos y músicos (Varona, José A. Romero y García de Diego) y que es el resultado de la ambición, esfuerzo, imaginación, decepción, talento y humildad de Luis Ramiro.