La soprano granadina se ha convertido en una de las reinas indiscutibles del Bel canto, repertorio con el que triunfa en los escenarios de todo el mundo. Debutó en 2001 en Génova como Adele en 'Le Comte Ory' de Rossini, interpretación que le abrió las puertas de los principales teatros internacionales. En su trayectoria reciente destacan actuaciones con Juan Diego Flórez en 'I Puritani', el tenor norteamericano Rockwell Blake o la Gazza ladra de este último en 'Pesaro'. Mariola Cantarero añade una técnica asombrosa, agilidades deslumbrantes y una simpatía que trasciende los límites del escenario.