Cuenta Alonso Díaz Carmona que su madre piensa que tiene un hijo tonto. Es por culpa de la forma que este jienense, de 26 años, tiene de componer canciones. Alonso se sienta en una silla en un lugar soleado y tranquilo, y se queda en silencio. Con la mirada perdida. Una hora, dos, tres… Sin hablar. Y como por arte de magia, en su cabeza empiezan a sonar las letras, la melodía, los fraseos de guitarra y de bajo, la batería… Su madre puede estar tranquila: ese es el método de los genios. “Una manera de componer como otra cualquiera. Lo hago así desde pequeño”, explica modesto Alonso. Así ha compuesto las doce canciones de este cañonazo llamado Chica Disco. El disco con el que, tras su impecable primer trabajo (Napoleón solo en la opera, editado en 2010), se van a convertir en uno de los grupos más lúcidos, interesantes y frescos del momento. Primero juega a su favor la juventud y luego, claro, las canciones. Las de Chica Disco son liberadoras y verdaderas; espaciales y redentoras; sentidas y galácticas; profundas y lúdicas. Con el desamor y la huida hacia delante sobrevolando un disco que se mueve entre el rock guitarrero de estribillos pop de los 60 –incluso 50- y la genialidad. Podríamos seguir con los piropos, pero, a miedo de que nos llamen exagerados, parémonos primero en lo práctico: Grabado y producido por Emmanuel del Real, cabeza pensante de los mexicanos Café Tacvba, el disco se grabó en seis días en plena Alpujarra granadina. Allí Alonso D. Carmona (voz, letras y guitarra), Jaime Cordones (guitarra) José Ubago (bajo), Miguel Ángel Díaz (Mini-Moog, Juno, Korg) y Luis Miguel Jiménez (batería) tomaban por las mañanas a diario zumo natural directamente exprimido de los naranjos. “Y una señora alemana que lleva años viviendo en el cortijo de al lado nos hacía la comida”, completa Alonso. “Teníamos un horario libre y relajado”. Chica Disco es el nombre de canción que al final no se incluyó en el álbum. “La elegimos como título porque nos gustaba como sonaba”. El disco comienza con una canción de despedida: Adiós. “Me gustaba que fuera así. Se trata de dejar algo atrás. Te deja liberado para hacer de nuevo otro viaje”. Alonso reconoce que no sabe explicar muy bien de qué van las canciones, pero si sabe los dos nexos de unión sobre los que pivotan los doce temas. “Hay canciones de una ruptura sentimental. Y otras que se centran en vivir la vida”. Las dos cosas, seamos sinceros, van unidas y son correlativas. “Cuando se acaba una relación estás esperando que ocurran cosas nuevas en tu vida. Preguntarte: ¿qué hacía yo antes de conocerla a ella?”. Antes de que ocurriera es el primer single y una de esas canciones que te hacen saltar del sillón. “Estando solo me marchitaba y ahora contigo no siento nada”, cantan. Un bombazo. También es el ejemplo más práctico de cómo han trabajado con Emmanuel del Real, a la manera de los viejos y grandes productores de rock. “Despiezamos las canciones”, explica Alonso que habla de él casi como un miembro más del grupo. “Empezamos a jugar con ellas, cambiando las cosas de sitio. Había partes que en una primera versión estaban al principio y luego pasaron atrás. Y al revés. El resultado final es algo muy diferente de lo que teníamos en la cabeza al empezar. Y eso nos ha gustado”. Y les ha gustado porque han conseguido lo más importante: transformar algo complejo como el amor, en este caso el desamor, en canciones directas, simples (en el buen sentido) y sencillas, pero que están llenas de matices y descubrimientos en cada escucha. “Napoleón Solo despierta el placer y la emoción que te puede producir la música. Se han convertido en un alimento, una medicina constante para el espíritu”. Lo cuenta desde México Emmanuel del Real, que también recuerda uno de los momentos mágicos y trascendentales de la grabación de Chica Disco: “Tuvimos una conversación acerca de si liberábamos a las canciones de lo que el grupo tenía pensado que les tenía que pasar, o si las dejábamos caminar por su cuenta y permitiríamos que tomaran su propio camino y sus propios alcances, independientemente de la opinión o crítica que les pudiera traer. Yo siempre he creído que son las canciones las que tienen la razón, y si uno se deja guiar por ellas, siempre llegarán al mejor lugar”. El disco fue luego mezclado en México y ha tenido poco proceso de edición. Cuando el trabajo se hace bien en la grabación hay que tocar poco. Se trata de que las canciones suenen a verdad. Y esto está conseguido. Están ustedes ante uno de los discos, sin duda, mejores de este año. Y ante el comienzo de algo prometedor. La madre de Alonso puede respirar tranquila. Más información: EL VOLCÁN MÚSICA 91 591 2361 nuriariba@yahoo.com