Hubo en nuestro país una generación que decidió crear un mundo, se atrevieron a proclamarque habían nacido para dominar y se tomaron al pie de la letra que se podía vivir de otramanera, jugaron a ser héroes, sin renuncias ni concesiones, llegando siempre hasta el final.Imparables desde entonces, la actividad de algunos ha sido frenética, aunque no siemprepública, y, desde locales de ensayo, conservatorios y diferentes laboratorios de ideas, no hanparado de derramar talento en multitud de proyectos.
Uno de estos motores es Ana Curra, una de las mentes más creativas del panorama musicalde nuestro país. Voluntariamente apartada -pero no separada, ni mucho menos olvidada- delmundo de la música durante algunos años, se ha embarcado desde hace meses en la aventurade revisar su propio repertorio que, por fin, ha decidido mostrar al público con ayuda de CesarScappa (Escaparates) y José Battaglio (La Frontera, Seres Vacíos y Vengadores) a las guitarras,Manolo UVI (Comando 9mm, La UVI) al bajo y Rafa Le Doc (PPM) a la batería.
Los cinco hicieron su primera incursión en un escenario el 8 de mayo del pasado año conocasión de la fiesta homenaje al inolvidable Agapo y ninguno de los presentes quedoindiferente ante la vitalidad y contundencia de su actuación. Lo siguiente era irreversible:Pasar al acto, atreverse a revisar el pasado, volver al local de ensayo con amigos curtidos enmil batallas y poner en marcha la presentación en directo de temas ya emblemáticos comoTengo un pasajero, Adictos a la lujuria, Vamos a jugar, Quiero ser tu perro, Esto no es, El Acto,Nacidos para dominar…
Esto acaba de empezar y todos estamos llamados a la fiesta de Ana Curra: los que en su díatuvieron la oportunidad de ser invitados y los que hoy siguen reclamando jugar a las cartas enel cementerio.