Como afirmó uno de los más prestigiosos críticos musicales de las últimas décadas, Robet Christgau, Clem Snide es un gran ejemplo de estadounidense impasible. Convertido al principio en grupo referencial del entonces en boga country alternativo y con Eef Barzelay siempre al frente, con el paso del tiempo ha ido desenganchándose esa pegatina y ha acabado siendo, simple y llanamente, en una banda de rock elegante y de fina ironía que sabe beber del pasado que representan Buddy Holly, Hank Williams y Chet Baker para vivir del presente. En sus inicios destancan dos álbumes capitales, ambos de química exquisita y efectos terapéuticos: “Your Favorite Music” (2000) y “The Ghost Of Fashion” (2001), el segundo y tercero de su carrera. Otro momento decisivo fue su regreso, en 2009, tras la parada técnica que llevó a su líder, Eef Barzelay, a publicar dos discos en solitario en 2006 y 2008. Desde entonces andan en plena y productiva forma, con Eef rodeado de nuevos y diferentes colaboradores pero con la batuta siempre en su poder. A las canciones de “Hungry Bird” (2009) se sumaron pronto las de “The Meat Of Life” (2010), dando a sus espontáneos y contagiosos directos nueva munición. En septiiembre de 2012 ha caído (aunque solo disponible vía digital) “Songs We Made Part. 1”, colección de canciones que Eef ha compuesto con y para sus fans en los dos últimos años y que ha grabadado en la habitación de su casa donde lava la ropa. Verídico. Y en breve verá la luz de la calle “Songs For Mary”, una obra en la que Barzelay retoma su cara más confesional, la de la distancia corta, con voz y guitarra en suave balanceo dominando el paisaje y aroma a club de jazz (que no a jazz). Suena como una marcha triunfal (reposada, suave) de uno de los seguros del rock elegante con gafas de pasta. La Mary del título, que se va suciendo directa o indirectamente a lo largo de la decena de canciones del álbum, no es nadie en concreto y es mucha gente a la vez: es la esposa de Eef, que se llama así, es un poco su madre, “y es tal vez también la madre de Jesucristo”, nos deja caer Barzelay. “En realidad, se trata de un nombre sólido para cantar. Suena mucho mejor que Heather o Brittany, ¿a que sí?”. Pues sí, es bastante más sólido.
